miércoles, 14 de marzo de 2007

Japón 2006: altura y contundencia

Aparentemente frías y apáticas, lentas en la segunda línea, pero demoledoras al momento del ataque. Este podría ser el perfil que encuadre en la personalidad de las flamantes campeonas mundiales de Japón 2006. Rusia, con un sistema de juego basado en su sobresaliente estatura y fuerza ofensiva, le arrebató a Brasil la ilusión de ser por primera vez campeón mundial de vóleibol femenino. Una vez más queda demostrado que para triunfar hoy en el deporte de la net se requiere, además, de concentración, sincronía y habilidad, de muy buena estatura y fortaleza física. Rusia con un juego sencillo, levantadas altas a las esquinas y sobre la zona de zaguero, consiguió su primer título mundial.
Brasil siempre fue el favorito, tras un año de consecutivas victorias en los certámenes internacionales más importante, como el Gran Prix (cuatro veces campeón, solamente le faltaba este título para redondear un año de éxitos). Pero Rusia le arrebató el invicto y frustró su anhelo. El poderío colectivo e individualidades sudamericanas, como Sheila Castro (la mejor de la final), Jaqueline Carvalho y a la veterana Elia Souza “Fofao” (levantadora) no fue suficiente para contrarrestar la gigantesca ofensiva europea.
Rusia con Elena Godina, Ekaterina Gamova y Natalia Safronova le ganaron a Brasil porque en los momentos finales mantuvieron el equilibrio emocional que requiere este deporte para ganar un partido. El gigante, heredero del temperamento del legendario Nikolai Parkol, estampó sobre campo brasileño sus furibundos mates y se llevó la presea dorada del 15° Mundial.
En este Mundial que termina, de los tradicionales equipos asiáticos China se ubicó en quinto lugar. La velocidad, elasticidad y sólida defensa de las orientales sigue vigente, pero se está haciendo una constante en los certámenes mundiales la fuerza y elevada estatura. La última presea para China en un Mundial fue en 1998, tras perder en la final ante Cuba. Hasta la próxima.

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